Una vez alguien me sugirió escribir mi experiencia sobre la inmigración desde mi "muy personal estilo". Existen muchos blog sobre inmigrantes, con consejos, sugerencias y comentarios, me dijo; pero en "tu estilo" sería algo diferente.
Aún no sé muy bien a que hizo referencia con eso de "mi estilo", por lo tanto me voy por el lado positivo y lo tomé como un cumplido, además de seguir su consejo.
En tal sentido he decidido publicar una vez al mes, algunas veces en inglés otras en español, un escrito sobre algunas experiencias sobre inmigrar, . En este blog ya existen algunos, pero trataré de ser más constante.
Aqui es dejo el correspondiente al mes de enero.
RENACER
Recientemente recibí una gran noticia… Mi gran y querido amigo finalmente obtuvo su nacionalidad española, y por supuesto celebré y aplaudí tan merecido y anhelado logro… Sin embargo horas después, esa misma noticia trajo a mi mente un sin fin de pensamientos entrelazados con alegría, nostalgia, y realidad.
Y es que cuando decidimos iniciar esta aparatosa, fantástica y temerosa aventura de la inmigración, realmente vivimos el día a día con sueños, con metas que se vislumbran tan lejanas, luego con el tiempo, aprendemos a dar pasos seguros, a sentirnos cómodos en las nuevas calles, edificios, saludando a nuevos vecinos, aprendiendo nuevos oficios.
Sin embargo nuestros corazones tímidamente siguen pintados de un color natal, manteniendo tradiciones y expresiones propias de aquel lugar que nos vio nacer y crecer. Entonces nos convertimos en una mixtura bastante única, entro lo conocido y por conocer, entre el pasado y el futuro, entre la añoranza y la esperanza. Y aún así aprendemos a soltar los lazos para renacer con otros colores patrios.
Un día no muy lejano será mi turno, llegará entonces ese instante de abrazar el blanco y rojo y sentirlos míos, será como volver a nacer en una nueva piel, llena de nieve y sirope de maple. Y aunque sueño con vivir ese momento, debo confesar mi anhelo por sentir nuevamente esa emoción que emerge cuando se empieza a pasar el puente, cuando se escucha una gaita en época decembrina, o cuando te encuentras parado en frente de nuestra querida virgencita “La Chinita”.
Hoy, he aceptado quien soy, he luchado con alma y corazón por ello, y así con la misma pasión con la que vivo en este nuevo suelo, siento el profundo orgullo de mis sólidas raíces, las cuales me han mantenido perseverante, constante… humanamente inquebrantable…
Nota: La imagen es tomada de www.google.com